Aplicación del Derecho de la Unión Europea

 

Tratados e instituciones europeas

El principal objetivo del Tratado de funcionamiento de la Unión Europea, como el de los tratados anteriores, es la integración progresiva de los Estados europeos y el establecimiento de un mercado común basado en las cuatro libertades de circulación (de bienes, personas, capitales y servicios) y en la gradual aproximación entre las políticas económicas.


Para ello, los Estados miembros han renunciado a parte de su soberanía y otorgado a las instituciones europeas el poder de adoptar una legislación (reglamentos, directivas y decisiones) que prevalece sobre el Derecho nacional.


Esta legislación, denominada "Derecho derivado", es la tercera gran fuente de Derecho de la Unión después de los tratados (Derecho primario) y los acuerdos internacionales.


Forman parte del Derecho derivado los actos jurídicos obligatorios (reglamentos, directivas y decisiones) y no obligatorios (resoluciones dictámenes) contemplados en el Tratado de funcionamiento de la Unión Europea, pero también toda una serie de disposiciones de otro tipo: por ejemplo, los reglamentos internos de las instituciones o los programas de acción.

¿Qué es un Reglamento?

Es una norma general y completamente obligatoria, aprobada conjuntamente por el Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo o de manera independiente por la Comisión Europea.

El Reglamento se aplica a todos, a diferencia de la Directiva (dirigida a los Estados miembros) y la Decisión (de destinatario muy concreto).


El Reglamento es directamente aplicable y "crea Derecho" al ser obligatorio de inmediato en todos los Estados miembros, con el mismo rango que una ley nacional y sin ninguna otra intervención de las autoridades del país.

 

¿Qué es una Directiva?

La Directiva europea establece los objetivos que deben lograr los Estados miembros, dejándoles elegir los medios para hacerlo. La Directiva puede ir dirigida a uno, varios o todos los Estados miembros. Para que los principios en ella establecidos surtan efecto para los ciudadanos, el legislador nacional debe adoptar una norma de Derecho interno que conforme el ordenamiento jurídico nacional a los objetivos de la Directiva.

La Directiva fija una fecha límite para la transposición al Derecho nacional. Los Estados miembros cuentan con un margen de maniobra que permite tener en cuenta sus peculiaridades nacionales. La transposición tiene que realizarse dentro del plazo que marca la Directiva.


La Directiva se utiliza para armonizar las legislaciones nacionales, por ejemplo en temas relacionados con el mercado único (normativas sobre seguridad de los productos, etc.).

 

El papel de la Comisión Europea

 

La Comisión Europea es la "guardiana de los Tratados".


Tiene la obligación de garantizar que los particulares, los Estados miembros y las demás instituciones europeas apliquen las disposiciones del Derecho de la Unión.


En ejercicio de sus competencias, la Comisión puede, por ejemplo, imponer sanciones a los particulares y las empresas que infrinjan el Derecho de la Unión.


Además, puede iniciar procedimientos de infracción contra los Estados miembros y emplazarles a poner remedio a la situación en un determinado plazo.


Por último, la Comisión Europea puede emprender acciones ante el Tribunal de Justicia en caso de infracción al Derecho de la Unión por los Estados miembros o las demás instituciones europeas.

 


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